martes, 12 de marzo de 2013

Años



Me estoy haciendo grande. Me lo noto. Los años los vamos cumpliendo uno a uno, pero cuando te quieres dar cuenta parece que te han caído todos juntos y de sopetón.

Todavía recuerdo cuando era un chaval, los años no importaban y hasta cumplías los medios y los tres cuartos, tengo ocho y medio. ¡Qué ganas de hacerse uno mayor!

Hasta los veinte no hay problema. Parece que fue ayer cuando no me dejaban entrar al cine a ver esa peli en la que se podía ver a la protagonista desnuda,  por no tener los dieciocho. Qué ganas de cumplirlos para no tener que volver a engañar al portero de la Alameda o de la Picasso, el del Trinquete ya me dejaba entrar.

Pero amigo, en un plis-plas te plantas en la treintena y la cosa se complica. Parece que comienza el trayecto en ese gigante tobogán que te  precipita a unas velocidades descomunales, sin que lo puedas evitar.

Entre los treinta y los cuarenta un respiro. De los cuarenta a los cincuenta un aliento. Y casi sin darte cuenta eres un radiante cincuentón y pico, eso sí feliz y contento por haber llegado y por encontrarte ya con una determinada edad.

Y la vida seguirá y llegarán los sesenta, setenta y…., es posible que me sienta más  joven, como dice mi madre, no me imagino los años que tengo, no me hago a la idea.

Si el cuerpo nos aguanta llegaremos ya a nuestra última etapa. Sin darnos cuenta volveremos a ser otra vez niños. Cuando nos pregunten por nuestra edad, es posible que respondamos eso de, los próximos 83, aún sabiendo que acabas de cumplir los 82 hace quince días. Fardaré de viejo. Qué ganas de poderlos cumplir y de oír eso de, pues no se te dan, aparentas….

No hay comentarios: