jueves, 12 de diciembre de 2013

Maestros


Qué está pasando en esta sociedad nuestra. Todo está patas arriba. La crisis no afecta sólo a la cuestión económica. Se están perdiendo los valores. Estamos construyendo sin darnos cuenta una sociedad  de mediocres. Comenzamos en la escuela y acabamos en la universidad pasando por el amplio campo laboral.

Y para más inri los que están mejor formados se tienen que ir allende nuestras fronteras a buscarse las habichuelas. Con todo lo que nos ha costado su formación.

En nuestras escuelas se está actuando de manera contraria a lo que debería ser. No son nuestros alumnos los que se han de esforzar, los que han de sacrificarse, los que se han de preocupar por lo que llevan entre manos, los que han de sentir el apoyo de su propia familia, los que ya desde muy jóvenes han de empezar a formarse y prepararse para este de por sí exigente mundo laboral con el que se encontrarán.  En las escuelas ante esta problemática comentada y ante la poca colaboración familiar que lo único que les interesa en muchos casos es que su hijito se lo pase bien y vaya descubriendo,  lo único que se puede hacer es acomodar el listón a las circunstancias. Que nuestros alumnos no llegan a los objetivos previstos,  pues se cambian los objetivos.

Y es la escuela pública la que sufre más en silencio toda esta problemática. Nos estamos encontrando con una matrícula viva descomunal donde en solo un mes pueden aparecer una treintena de alumnos nuevos, muchos de ellos sin conocer nuestra lengua y qué se puede hacer, pues destinar los pocos recursos con los que contamos a ellos, y qué pasa con los que nos están pidiendo a gritos ayuda porque a veces se nos aburren en nuestras clases  y nos piden más,  pues os lo podéis imaginar.

Algo tiene que cambiar, los maestros, profesionales como la copa de un pino, nos encontramos desfondados, no se nos ve el trabajo, a veces la frustración nos acompaña y eso no es bueno.


A ver si una vez por todas aquellos que cobran por pensar se dan cuenta que se necesita un cambio drástico consensuado por toda la sociedad y hacer de una vez por todas que en nuestras escuelas se recupere la figura del maestro como uno de los valedores más importantes en el futuro próximo de nuestras criaturas.

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