sábado, 20 de septiembre de 2014

Otra filosofía


Lo llamamos Óscar. Hace ocho años que vino a España. Su nombre chino sólo lo conoce el mismo. Es campechano. Trabaja en su bar más de dieciséis horas cada día. Su familia le prestó el dinero. Trabaja y trabaja de Lunes a Domingo, sin descanso.

La competencia en el barrio que se hacen entre paisanos es tan  brutal que hace que haya meses que no llegue a los 5oo €. Dice que es joven y que ya tendrá tiempo de disfrutar de la vida.

Cada día come arroz porque es lo que le deja el estómago más lleno.


A la pregunta de si no estarías mejor en tu país siempre contesta lo mismo: No,  ahora ya sólo me queda aguantar, teniendo para comer me conformo.