Si hay algo que me gusta de la gastronomía soriana son los torrenillos. Yo les llamo, como mucha gente de por aquí, torrenillos en lugar de torreznillos que según parece es como se deberían de llamar.
Ese salir de casa matutino y percibir el olorcillo que se nota cuando te aproximas a determinados bares de Soria hacen de ello una tentación irresistible. Hay mañanas que Soria huele a torreno.
Los que más me han llamado la atención siempre son los de la ventana del Mesón Castellano, en la plaza Mayor, pero sin duda los que me trinco con más ganas son los del Zafiro, cerquita de la barriada. No son tan sofisticados, en lugar de partirlos alargados lo hacen más en cuadradito, pero están de maravilla, ahora cuando os lo estoy describiendo de me está haciendo la boca agua, esa cortecita crujiente, ese magrito en su punto ya me hace salivar.
Sabéis que el torreno no es ni más ni menos que la panceta del cerdo frita, pero no de cualquier manera, se ha de hacer con tiempo y con mucho tiento, si queremos que estén en su punto. Algún día os explicaré mi secreto, ese que deja maravillados a mis amigos cuando nos juntamos allá por Torredembarra a celebrar la sorianada de cada año.
Pues bien, según he leído, la Asociación de Fabricantes de Torrezno de Soria, compuesta por doce empresas del sector cárnico, tiene su mérito que el torreno haya sido capaz de unir a tantos competidores, y en Soria, donde ya tres son multitud, están estudiando la posibilidad de lograr la Marca de Garantía para el torreno de Soria en una de las acciones enmarcadas en el proyecto 'Saborea Soria'. No está mal la iniciativa.
Parece que finalmente, no será viable ya que, según he leído no contó con el beneplácito de la Junta al no cumplir varios requisitos, como el que no hay bibliografía que demuestre que el torreno es típicamente soriano.
Sea o no producto típicamente soriano, el que no lo ha probado todavía, no sabe lo que se pierde.
Sea o no producto típicamente soriano, el que no lo ha probado todavía, no sabe lo que se pierde.
En otra ocasión os hablaré de las migas.