sábado, 27 de junio de 2009

Fiestas de San Juan


No hay en España ni habrá…
Soria está de fiesta. Son las fiestas de San Juan. La ciudad se viste de gala y acoge más del triple de su población habitual. Los actos varían cada día. Son cinco días. Empiezan con el Miércoles “El Pregón” y acaban el Lunes “de Bailas”.

El toro es máximo protagonista. El toro y los sorianos y las charangas, y las sanjuaneras y los forasteros. El toro es centro de todo.
En “La Saca” se disfruta de esa bella estampa cuando salen los doce novillos de los corrales de Valonsadero. El viernes se lidian en la Chata, hoy sábado se subasta su carne en los Agés y mañana domingo se comparte, como antaño, con todos los vecinos.

Son unas fiestas para vivirlas. A mi antes me gustaban más los dos primeros días. Ahora con la edad disfruto de todo los días por igual.

viernes, 19 de junio de 2009

El paso del fuego en San Pedro Manrique


Se aproxima la víspera de San Juan y por tanto la celebración del paso del Fuego, declarado de Interés Turístico Internacional en el año 2oo8. Acaece en el pueblo soriano de San Pedro Manrique, allí donde se curan esos embutidos tan buenos de “La Hoguera”.

Sobre las diez de la noche, en el anfiteatro de la ermita de la Virgen de la Peña, se prende una pira de leña de roble, cuando la leña deja ya su buen rescoldo, a eso de las doce, se esparcen todas las ascuas formando una alfombra incandescente.
A esa hora comienza el espectáculo. Consiste en pasar esa superficie humeante de cisco sin quemarse, descalzos, llevando generalmente a “arrajones”, a otra persona, que suele ser su mujer, novia o una buena amiga a los compases de una charanga. Los últimos años también ha arraigado el pasar a las autoridades, ellos y ellas, eso sí, siempre encima. Lo suelen pasar sólo los del pueblo, hay una tradición que dice que si lo pasa un foráneo, seguro que se quema. Me costa que algunos pasadores sampedranos también suelen acabar con los pies vendados los días siguientes.
Dicen que la Virgen sólo los protege a ellos. Cuentan que en una ocasión lo intentó pasar el cura de un pueblo vecino y acabó hecho un cristo, la Virgen no tuvo esa deferencia ni siquiera con él.
Para los de San Pedro Manrique, es un orgullo el hacerlo y no veáis los abrazos que se dan después de haber dado esos 6 ó 7 pasos cortos, con decisión, firmeza, como si realmente no sintieran esa fuerte temperatura debajo de sus pies. Los espectadores nos solemos colocar a más de dos metros de distancia porque no se puede aguantar el calor.

Hace años que por las circunstancias no he podido asistir, pero recuerdo que la primera vez que lo vi, sentí emociones diversas al ver lo que esos hombres eran capaces de hacer.

Si por casualidad podéis acudir, id prontito, los últimos años es mucha la gente que se queda fuera del recinto porque ya no cabe ni un alfiler.

Este año me conformaré celebrando la noche de San Juan con mis amigos, aquí en las Cataluñas se tiene por costumbre el reunirse, cenar y terminar la celebración comiendo coca y bebiendo un buen cava.
Feliz noche de San Juan.

sábado, 13 de junio de 2009

Convivir


Convivir con los demás es difícil. En el trabajo, en la pareja, en la familia, siempre que tengamos que compartir espacios físicos, sentimientos, emociones, faenas, tareas, responsabilidades, hemos de saber en todo momento cuál es el rol que desempeñamos. A veces el egoísmo hace que se rompa esa relación que tanto ha tardado en fluctuar. Otras son los celos, la comodidad, el orgullo, la inmodestia, el engreimiento, el no saber estar, o el no saber respetar.

Dicen, que a nivel familiar el 90% de los problemas se generan por la noche y en la cocina.

Y estoy completamente de acuerdo. En mi casa y con mis hijos acaece una noche sí y otra también. A la hora de cenar, parece que estén en un restaurante donde todo se lo den hecho, donde todo se lo ponen a la mesa. Eso de preocuparse por comprar lo que se necesite y de cocinarlo, no va con ellos. Cuando están solos, no comen pan por no ir a comprarlo. A veces ya genera contrariedades el levantarse a buscar una botella de agua. El transcurso de la cena suele acontecer sin pena ni gloria si no se tocan determinados temas en la conversación. Pero, amigo, cuando llega el momento de recoger el “gamellón”, no veáis la que se monta. Que si yo quité la mesa ayer, que si yo el lunes… Y ya no os cuento a la hora de meter los cacharros en el fregaplatos, fijaos que no he dicho la palabra fregar. Entonces ya ni os cuento. Y como siempre para no crear más conflictos, a ¿qué no sabéis quién lo tiene que hacer?

Aclaro que mis dos hijos hace tiempo ya que se afeitan.
Quiero pensar que estos problemas no suceden cuando sólo se tiene uno o ninguno.
Otro día os comentaré lo del orden y la limpieza.