jueves, 27 de marzo de 2008

Orgullo



A quien corresponda....

El orgullo hace:
- Que percibas sensaciones donde no las haya.
- Que te sientas superior a todo el mundo.
- Que te creas ser el sol que más calienta, cuando a veces estas tapado por un inmenso nubarrón que no te deja ver más allá de tus propios intereses.
- Que te creas la perfección personificada.
- Que se rompan y frustren relaciones, incluso fraternales.
- Que seas capaz de menospreciar el cariño hacia los demás y que los demás tienen hacia ti.
- Que te creas que con el dinero lo puedes conseguir todo.
- Que los que te quieren y te rodean se sientan infelices.
- Que la impotencia y la falta de comunicación sea el pan nuestro de cada día.
- Que quieras que todos seamos esclavos tuyos.
- Que el que siembra vientos recoja tempestades.
- Que te importa poco que los que de verdad te quieren se enfaden contigo, porque dos males tienen...
- Que lo que podía haber sido un bonito e inolvidable fin de semana se haya convertido en una mierda.

lunes, 24 de marzo de 2008

San Bartolo




A raíz de un comentario de lady sisiak en la entrada anterior haciendo referencia al punto energético que se halla en la ermita de San Bartolo, os comentaré que esta ermita se encuentra a 17 km. del Burgo de Osma, enclavada dentro de un paraje singular, en el cañón del río Lobos.
Es conveniente pasear por la zona y levantar la vista, seguro que veremos a esos majestuosos buitres leonados dándonos la bienvenida, estaremos acompañados tanto a derecha como a izquierda por pinos, sabinas y robles, y al fondo del cañón, que fue declarado Parque natural en 1985, nos sorprenderán unas curiosas grutas que junto con otras que hay por la zona son el plato más apetecido de los espeleólogos.

La ermita que combina el románico y el gótico, según los entendidos fue construída allá por el S XIII en honor a San Bartolo, santo honrado por la orden del temple, ni que decir tiene que este enclave templario está rodeado de algo que lo convierte en singular. Se encuentra en el punto equidistante, medido en metros entre los límites más externos al este y al oeste de la Península Ibérica como son el cabo de Creus y el de Finisterre.

El día 24 de Agosto se celebra una romería en el lugar, allí acudí ya hace bastantes años por no tener otra cosa que hacer, curiosamente se saca en procesión a la Virgen de la Salud, que también se encuentra en la misma ermita, a la izquierda del altar mayor. Cual fue mi sorpresa al ver como casi todos los asistentes a la romería, unos descalzos y otros calzados se colocaban sobre una piedra, una losa más desgastada que las demás, de espaldas al rosetón que la ilumina y mirando a la Virgen, por no ser menos allí me coloqué después de aguantar una fila interminable y… ahora que os lo estoy contando se me está poniendo la piel de gallina, es difícil de relatar la experiencia, un cosquilleo recorrió toda mi espalda, los hombros tomaron vida por sí mismos y no veáis como se relajaron, me asistió una calma, una quietud, una tranquilidad interior, que me hizo permanecer allí unos minutos. Repetí la experiencia un par de veces más con el mismo resultado. Conté mis sensaciones a las personas que me acompañaban e intentaron repetir la vivencia, pero sin éxito, no llegaron a sentir nada especial.

Desde aquel año no falto a mi sesión , por lo menos anual, de esta carga positiva, de ese bienestar, de ese relax, de ese estado de quietud, de ese no sé qué que incluso actúa posteriormente en mí, sólo con pensarlo.

martes, 18 de marzo de 2008

Soria


Soria es una ciudad pequeña. Allá por donde pisas forma parte como de tu vida, son los mismos adoquines, las mismas baldosas que ya has pisado miles de veces, es como si fueras un poco dueño de sus almas y de su historia.

Hace ya más de 25 años que por unas razones concretas tuve que marcharme con todo el equipo, dejando a la vez casi todo, familia, amigos, alegrías, tristezas y más de media vida. La suerte que tengo es que la visito bastantes veces al año, siempre que dispongo de unos diejas tardo muy poco en buscar destino.
En Soria hasta las cañas de cerveza me saben más buenas.
Me gusta sentarme cerca de la cristalera de uno de los bares más céntricos y escudriñar con la vista a todos los paseantes de esa calle tan concurrida que es el Collado. Conozco a muchos, pero cada vez que vengo me cuesta más encontrar a esa gente que no hace demasiado tiempo, los podía considerar como amigos, se ven poco, y otros, a costa de no verlos, la relación con ellos se va perdiendo.
También me encanta mezclarme entre todos esos hombres ya de una determinada edad, que por Soria no faltan, y escuchar, y aprender, no es la primera vez que saco un papel y un boli y tomo alguna nota, son muchas de las que dispongo, no sé si algún día verán la luz.

Aquí cargo las pilas, aquí disfruto del tiempo libre, aquí me aprovecho del clima que aunque no os lo creais, es una maravilla, aquí gozo de una tranquilidad que en pocos lugares se puede encontrar, a veces llego hasta aburrirme, aquí me siento bien.

Os invito a que huyendo del mundanal ruído os acerquéis a esta tierra que aunque desconocida por muchos tiene ese encanto especial para los que la conocemos de verdad.

domingo, 9 de marzo de 2008

Conformismo


Necesito las minivacaciones que comenzaré el próximo viernes, que por cierto pasaré por Soria. No son demasiados días. Sólo 10. Alguien me considerará privilegiado pero depende con quien se me compare.
Me pregunto si somos felices con aquello que tenemos, con el dinero que ganamos, con la familia a la que pertenecemos, con las vacaciones de que disfrutamos...

Todo es muy relativo. Un amigo mío me comenta a veces que no es más feliz el que más tiene, sino el que tiene todo lo que necesita. Yo a veces le entiendo, otras veces, no.

Me vienen ahora a la memoria aquellos versos que formaban parte de La Vida es Sueño de Calderón:

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.

¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.

El que no se conforma es porque no quiere, o como dijo el otro, el tiempo es el mejor maestro, lástima que mate a todos sus alumnos

viernes, 7 de marzo de 2008

Infidelidad


Lo tenía todo previsto. Sabía que era cuestión de poner en una balanza los pros y los contras. Sabía que la relación con su marido no duraría mucho tiempo ya si lo sacaba todo a la luz. Pero no lo haría.
Hacía ya meses que lo sabía. Había sido a través de un mensaje que recibió en su teléfono. Era anónimo y privado. Aparecía una fecha, un lugar, una hora y nada más. Parecía una cita a ciegas. No sabía lo que hacer. Un mundo de interrogantes no le dejaban vivir. Acudiría.
Llegó el día. La cita era, a última hora, por la tarde. El lugar discreto. Llegó con mucha antelación. Unas gafas oscuras cubrían sus ojos, así se sentia protegida dentro de su deportivo discretamente aparcado. A la hora prevista llegó un coche negro con los cristales tintados. Era un Mercedes conocido. Era el Mercedes de su marido. Ahora iba comprendiéndolo todo. Descendieron unas largas piernas que acababan en unos zapatos taconudos. Era rubia, joven, un tipazo, una mujerona. Sus medias de seda negra semitransparentes, su falda corta y ajustada insinuaba un cortito tanga de puntilla. La blusa apretaba unos senos refulgentes donde sus pezones desafiaban la fuerza de la gravedad. Y detrás, su marido que le triplicaba en edad.
Habían elegido para la ocasión un buen y discreto restaurante a las afueras de la ciudad.
No quiso saber nada más. Inmediatamente dedujo quien era la autora del mensaje que recibió.
Llegó a su casa, le aparcaron el coche. Comunicó al sevicio que esa noche no cenaría y se encerró en su habitación. Pensó durante un largo rato sorbiendo muy despacio un Chivas con hielo.
Sabía que la decisión ya estaba tomada. Nunca había pensado renunciar a nada, a esas noches de ópera en el Liceo, a esas amistades influyentes en la política, en las finanzas y en los negocios. A esa visión del mundo desde el último peldaño de esa escalera tan empinada y tan difícil de trepar.
Acabó su Chivas de un último y largo trago, se miró al espejo y vio reflejada en él a la otra mujer. Cogió el móbil, releyó el mensaje diciendo entre dientes -yo hubiera hecho lo mismo-, y lo eliminó.
En ese justo momento sonó el teléfono, era su marido disculpándose, por una cena de negocios llegaría muy tarde a casa.

lunes, 3 de marzo de 2008

Abrazos


No hace muchos días el las Ramblas barcelonesas me encontré con algo curioso e inusual. Había un grupo de 9 ó 10 personas, todas mujeres, jóvenes y vestidas con las mejores galas que iban dando abrazos a diestro y siniestro.
Después de la sorpresa viene el interés. Me quedé observando y vi que no se trataba de gente chalada, que por estos lares no falta, sino de personas que querían transmitir alegría, optimismo y positivismo en el día a día. Los abrazos eran intensos, sentidos pero sin más.
No faltaron los desconfiados, celosas y los que se negaron.
Después de cada abrazo gratuíto y sincero los ojos de los abrazados brillaban de una manera especial.

Esa tarde cuando llegué a casa te abracé como nunca lo había hecho antes. Tus ojos también brillaron.