miércoles, 30 de mayo de 2007

EL MISMO PERRO CON DIFERENTE COLLAR

Desde siempre nos habían enseñado en la escuela -ahora ya no se llega a esos niveles, que se estresan los niños- que un eufemismo era una palabra o expresión que sustituye a otra considerada vulgar, de mal gusto o tabú.
Se utilizan en todos los campos de la vida, ya sea en la política, para explicar aquellas medidas impopulares que no hacen nada más que crearnos problemas, ya sea en el lenguaje coloquial, para evitar blasfemias o en cualquier otro campo social.

Solemos utilizar:
- Me "cagüen" sos por me cago en D---.
- Hacemos gozar por le echamos un polvete,
- Mujer pública por prostituta,
- Material para adultos por pornografía,
- El policía lleva defensa en lugar de porra,
- A la crisis económica la disfrazamos de crecimiento negativo,
- Un hombre es de color en lugar de negro...

Hoy, curiosamente, si observamos todo aquello que nos rodea podemos llegar a la conclusión de que determinadas personas se avergüenzan de su profesión o trabajo, quieren parecer más importantes, les preocupa mucho su imagen social y si no leed algunas expresiones que he escuchado o leído recientemente:
- Trabajo en un centro de disposición de residuos tóxicos por vertedero.
- Funcionarios de prisiones por carceleros.
- Técnico en eliminación de residuos sólidos por basurero.
- Supervisoras de productos en preventas por cajeras.
- Empleadas de hogar por chachas o criadas.
- Empleado de finca urbana por portero.
- Técnicos de mantenimiento por mecánicos.
- Estilistas por peluqueros.
- Técnicos de manipulación de alimentos por cocineros.
- Becario por aprendiz.
- Cartero comercial por repartidor de propaganda.
- Procesadores de residuos urbanos por basureros, algunos también les llaman agentes sanitarios.

Al final da lo mismo que términos usemos para designar nuestra ocupación, ya que del cielo para abajo cada "quisqui" vive de su trabajo.
J.S.

jueves, 24 de mayo de 2007

A MI PADRE


Fuiste a nacer por Nafría
que de llana tiene todo,
canturriando y canturriando
a Nódalo viniste andando.

De tu madre no te acuerdas
ya que muy pronto murió,
muy canutas las pasaste
hasta que encontraste a Leonor.

Muy jovencitos pasasteis
por la vicaría, ¡Por Dios!
Sábado Agés , por más señas,
ya han transcurrido cincuenta,
cincuenta no, cincuenta y dos.

Te casaste, la cagaste,
cuenta un viejo refrán,
en tu caso lo arreglaste
y si te paras a pensar,
a pesar de los problemas
que venían sin cesar,
hoy para comer tengo
y mañana Dios dirá.

El trabajar no te espanta
el continuo madrugar,
horas interminables
sin apenas descansar.

Una bici te compraste
la necesidad obliga,
no como después tus nietos
por capricho la tenían.

Muchos pinos ya plantaste
hoy como gigantes mecen
sus hojas verdes pereznes
y cuando ves desde lejos
las laderas bien pobladas
de recuerdos no andas falto,
mucho esfuerzo te costó,
y con ese dinerillo
la comida no faltó.

Los hijos fueron viniendo,
dos primero, a la vez
pero muy poco vivieron
a sufrir toca otra vez.

Y después fue ese Javier
que por los cincuenta ronda
luego vino ese Jesús
prometía y prometía
-qué grande ero-, sostuvo
-a las chaparras me subo-

La parejita rompió
la Raquelilla al nacer
¡qué suerte tuvo, rediós,
que con sillita contó!

Y la vida fue pasando
y ese pueblo diminuto
sin escuela se quedó.

Las ovejillas vendiste
a la ciudad emigramos
-por mis hijos ya nos vamos-

Los años pasando fueron
y ya jubilado estás
seguro que vas pensando
todo aquello, sin cesar.

Terjiversados caminos
carramontes empedrados,
aventaste en las eras
recuerdos de trigo y arados.

A Canredondo llegaste,
visitaste el Robedillo
que una vista muy bonita
ofrece del pueblecillo.

Podaste en el alto el Lomo
bebiste en las Fuentezuelas
y como viene bien dado
descansate,
en la fuente de Soldado.

A Vegafría ibas,
de Vegafría venías,
qué buena cosecha tendremos
este verano, decías.

Almorzaste en Valdesanchón
torrenito y trozo pan
choricillo y costillita
pero nunca salchichón.

Por el Carrascal, el cisco,
la taina por las Garriás,
y por los cerros las ovejas
no paraban de carear.

Parajes los de la Sima,
por Valdería las curvas,
y unos grandes chaparrales
allá por los Cirujales.

Hoy las manos encalladas
y hasta el pelo encanecido
los riñones protestando
y la cabeza..., en los trigos.

J.S.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Te lo imaginas, Raquel...

No hace demasiado tiempo se menospreciaba a las mujeres por su dedicación completa y exclusiva al hogar, al marido, a los hijos, a esa vida entre ese baldao de ropa sin planchar, con horario indefinido de veinticinco horas lectivas.

Para más inri sin paga, ni de beneficios, sin la posibilidad de ascenso, predispuesta siempre a ese saludo a sus hijos al volver del cole, a eso guisos especiales y listos a la hora convenida, a esa mesa preparada con todo detalle, la ponía y la quitaba, anda que no evitaba bruscas discusiones, a ese cuidado especial, sobre todo cuando estabas enfermo, nunca faltaba en esa frente calenturienta ese paño fresco, que aliviaba, no veas lo que aliviaba..., a ese jarabe con tos, a ese termómetro sobaquil, a ese moquero que secaba las lágrimas producidas por ese ingente coscorrón, a esa lavadora que no funcionaba sola, a esa complaciencia marital sin jaqueca, y como no a ese madrugar para hacer el desayuno.

Y muchos "ilusos" eran los que sentían pena de los niños cuyas madres trabajaban fuera del hogar, ¿Y ahora?
Imaginemos tan solo que todo lo que antes se hacía durante tantas horas, ahora unos minutillos son suficientes, la verdad es porque no hay más tiempo, siempre con broncas, siempre con prisas, siempre con nervios, y lo peor que si no huyes fuera de casa a trabajar, no vives, adiós dinerito, adiós hipoteca, para que como diría aquél, tanto tengo, tanto gasto.

Antes se las compadecía, hoy, especie a extinguir, no se les deja de añorar.
J.S.

martes, 15 de mayo de 2007

Haciendo patria

Pediré una comisión al Patronato de Turismo de Soria.


Un poco de cultura

Anoto una selección de lecturas que me han enganchado, sólo tenéis que pasar por una biblioteca, pedir uno de ellos y a disfrutar. Seguro que tenéis otros de los que guardáis un buen recuerdo, comentarlo y así incrementaremos el listado.

Marta Rivera de la Cruz: En tiempo de prodigios.
Javier Moro: Pasión india.
Maite Carranza: Sin invierno.
Christian Jacq: El juez de Egipto.
Carlos Ruiz Zafón: La sombra del viento.
Christian Jacq: La ley del desierto.
Miguel Delibes: Diario de un cazador.
Eduardo Mendoza: La ciudad de los prodigios.
Ken Follet: Los pilares de la tierra.
Eduardo Mendoza: El tocador de señoras.
Alberto Vázquez-Figueroa: La puerta del Pacífico.
Noah Gordon: El último judio.
Ildefonso Falcones: La catedral del mar
Noah Gordon: El médico.
Noah Gordon: Chamán.
Miguel Delibes: El Camino

JS

domingo, 6 de mayo de 2007

La gran paella


De nuevo este buen grupo de gente del que formamos parte, que por cierto se va incrementando día a día, nos reunimos para pasar una jornada agradable, amena e inolvidable.
En esta ocasión fue en casa de Elvi y Carles, cerquita de San Cugat y en este marco incomparable y natural y con esta gente estupenda, si además os cuento que la paella estaba de muerte, podéis imaginar el tema.
Antes fue en Altafulla, Tarrasa, Torredembarra, Barcelona, Hospitalet... como veis es como una prueba ciclista pero con etapas más duras que las de montaña del mismísimo Tour de Francia.
Seguro que todos ya estamos pensando en felicitar a Manel en sus cincuenta tacos -otro que ha caído- y en el día 15 de Junio que con una gran parrillada nos deleitará Celia.
Por cierto, a las nuevas incorporaciones, bienvenidos al club de los "abducidos".

paella07

viernes, 4 de mayo de 2007

MY FAMILY

martes, 1 de mayo de 2007

¡Qué cagarrarias!


Las colmenillas, en mi pueblo les llamamos cagarrias, son setas de primavera que se pueden encontrar, frescas, hasta finales de mayo, dependiendo de la meterología. Son muy aromáticas y con muchas posibilidades gastronómicas. Suelen salir en montes de encinas en sitios muy concretos que la gente del lugar conoce a la perfección.
Este fin de semana mi madre se ha acordado de nosotros y mirad qué buena pinta tienen las que nos ha mandado.


QUE NO TE DEN LA RAZÓN LOS ESPEJOS.

Esta mañana se ha mirado al espejo, no como cada día, deprisa y corriendo, lo ha hecho detenidamente, con profundidad, escrutando cada detalle, normalmente se lava, se peina y poco más.
Ha buscado sin prisa lo que había al otro lado, lejos quedaba aquel joven salpicado en granos y con la hormona alterada, allí estaba un sujeto al que le faltaban meses para alcanzar la cincuentena, notaba ya la sombra nefasta del pesado dígito que se aproximaba.
Su piel ya no era tersa, tiene arrugas en la frente que puede percibir incluso con el tacto, bolsas alrededor de los ojos -las ha tenido siempre- el cabello se ha vuelto ya encanecido del todo y por todo, queda ya atrás aquel mechón blanco... hay manchas que ayer no había...
Se pregunta si es del todo consciente de lo que se le viene encima, o si de forma pueril o insensata sigue aferrándose a una edad que ya no tiene. Después de pensárselo mejor ha sonreído al espejo.
J.S.