Tengo un padre que no me lo merezco. Siempre ha sido un ejemplo a seguir. A veces le ha perdido su genio, pero algo ha de tener. Él siempre ha sido una persona responsable. Cuando trabajaba era, lo mismo que yo, el primero que llegaba al curro. No escatimaba minutos al sueño. Nunca le he oído criticar al jefe, y eso que motivos no le faltaban. Era feliz trabajando. Ahora ya jubilado es una persana activa. Le gusta madrugar, se levanta como las gallinas. Siempre está haciendo algo. Cuando no está podando las chaparras allá por la Sima, está sembrando judías verdes en la huerta. Me preocupa. Pronto no podrá ser tan activo. Los años, los meses y los días se irán adueñando de sus carcañales, y cada vez le costará más trabajo llegar a Vegafría. Padre, sé consciente del presente, si puedes no añores el pasado y trata de vivir el futuro. Continúas siendo el espejo donde, aunque tú no lo sepas, cada día procuro mirarme, aunque de soslayo, para no darme cuenta de que cada vez tengo más arrugas y canas, ni te cuento.
Ah, y no te olvides de esa gran persona que siempre has tenido a tu lado.
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viernes, 20 de junio de 2008
Padre
Publicado por
Javier
en
viernes, junio 20, 2008
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