No hace muchos días estaba tumbado tripa arriba en Garray, al lado del Duero, desde allí se veían las ruinas de Numancia. Sus aguas eran de un color verdoso y mansamente se deslizaban río abajo para juntarse con el Tera. De pronto una culebrilla se desplazaba sobre el agua. Parecía que ni la tocaba. Una araña trepaba por mi pantalón vaquero, pero no le hacía ni caso. Miraba al cielo. Por entre las ramas de los álamos destacaba un azul clarito difícil de llevar a un lienzo. Rompían esa visión unas nubecillas blancas dándole tonalidades diferentes. La brisa me hacía sentirme muy a gusto. A veces dormitaba. De vez en cuando pensaba en algo, no sé qué, volvía a abrir los ojos y me dejaba llevar. No me molestaban los mosquitos, por esta zona a veces se suelen ver los que llamamos pínfanos, cuando te pican te hacen un buen habón, pero no llegan a la categoría de los mosquitos tigre que hay por Barcelona, en mi trabajo hay varias personas que las pobres están ya más que hartas de tanto arrascarse sus picaduras, a simple vista hasta son graciosos, los jodidos, con esas rayitas blancas y negras, pero cuando te sobrevuelan por segunda vez, todos a las trincheras.
Es una pena que todo sea ya un recuerdo, y más este año, con ese currelo diario que a veces llega a abrumarme. Parece que fue ayer, pero ya es todo un recuerdo, esos días ya se han escapao, fueron menguando y menguando hasta que desaparecieron.
Prometí entonces que cuando la monotonía diaria comenzara a aplastarme interaría revivir esos momentos, esos colores, esos lugares de mi tierra, esos pesados grillos que cada día al atardecer invadían con sus sonidos todo el entorno, intentaría revivir ese verano, esas vacaciones....
Afortunadamente ya ha pasado Septiembre, que como ya os he contado en alguna ocasión me produce un bajón en mis biorritmos hasta dejarlos casi al límite, y nada, día a día a seguir mirando para adelante, aunque la rutina sea mala cosejera.
lunes, 13 de octubre de 2008
Rutina
Publicado por Javier en lunes, octubre 13, 2008
Etiquetas: rutina
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8 comentarios:
No desesperes, Javier; pronto volverás a repetir esas vivencias; bueno dentro de unos meses pues los que se avecinan no son precisamente para estar tumbado "debajo del almendro".
Y lo del curro, ya ves como todo se va superando. Tú vales, qué coño.
Un abrazo
Estos meses de otoño a mí también me "descolocan". Es como si intentara buscar algo de comodidad en mi vida, hasta que sin darme cuenta, ya ha pasado y las Navidades a la vuelta de la esquina. Mucho ánimo y dulces recuerdos.
Javier muchas veces revivir esos recuerdos nos ayudan a revivir de nuevo la vida que ya pasó y, éso es gratificante. El otoño además de májico a muchos de nosotros nos hace entristecernos y para éso lo mejor es estar super entretenidos..Piensa que pronto llegarán días más estupendos y de nuevo podrás disfrutarlos.Que la semana te sea propicia, un abrazo.Angela
Esos días no se han escapado, ni menguaron hasta desaparecer... sólo hace falta leer la frescura con la que lo describiste al volver a recordarlo...
Los recuerdos viven en el interior de las personas, y lo bueno de los seres humanos es que pueden evocarlos en los momentos más complicados, cuando hace falta un remanso de Paz que reconforte el alma.
Como decías, ya ha pasado septiembre, un mes duro para todos. Verás como poco a poco los biorritmos se recuperarán y cada día será un poquito mejor...
Piensa que hasta ahora todo ha ido bien; con mayor o menor presión inicial has ido desempeñando tu nuevo cargo, aquel que tantas dudas y temores te causó en su momento. Aunque en ocasiones te hayas sentido abrumado por el currelo, seguro que también hay momentitos buenos, como saber que estás haciéndolo lo mejor que puedes, y que el equipo que trabaja contigo te apoya y te apoyará constantemente.
Confía en ti Javier, piensa en positivo, en todo lo bueno que has vivido y en lo que te queda por vivir... Seguro que con el frío los pínfanos se habrán esfumado a otros lares, pero las ruinas, los álamos, el Duero y el cielo seguirán allí, esperando tu regreso...
Cuando te sientas abrumado, imagínate panza arriba en Garray y sonríe.
Y lo de la rutina, pues no consientas que se apodere de tu vida; a seguir mirando para adelante, día a día, sí, pero con la ilusión de que cada amanecer despertará un NUEVO día, diferente y digno de ser vivido. ¿Rutina?, ríete de ella hombre, guárdala en un cajón bajo llave, ponla a buen recaudo y cuando regreses al Duero, la tiras y que se la lleve la corriente...
Un abrazo, y ánimo!!! que lo estás haciendo muy, muy, muy requetebiennnn!!!!
Y si José María dice que tú vales, es que VALES!!!!quién mejor para decírtelo que tu antecesor ;-)
Desde aquí lejos, un mensaje de ánimo. Siempre te quedará Soria.
A veces recordar esos momentos que nos dieron tanto placer, nos ayudan a superar ese "bajón" que arrastramos sin querer llevarlo. Me hiciste recordar los años en los cuales yo también disfrutaba de tumbarme sobre la hierba y dedicarme a contemplar las nubes sin pensar en nada... Cuánto tiempo ya desde entonces!!
Pero sobre todo, el ánimo arriba, eh?? Que el otoño es una estación del año preciosa y más si puedes disfrutar de la naturaleza bien cerca, a mi es que me encanta. Disfrútalo!!!
Un beso!
Mira amigo mío se que la rutina cansa y que no es fácil dejar atrás el placer del verano,las vacasiones,la vida al aire libre con el sol y la brisa suave y placentera,pero todo tiene lo suyo,cada estación y etapa de la vida,las vacasiones nos dán fuerzas para enfrentar a la rutina sabiendo que en algun momento esos días volverán,mientras cuando lle gue el fin de semana,deja a la rutaina de lado y busca pasarla genial,los probllemas del trabajo que queden en el trabajo,tu disfruta del día a día así como se dé y verás que estarás mejor!
hermoso el paisaje y bello el texto,muy bello!!!
Que tengas un muy buen día!
Hola, Javier, es bueno tener guardados en el cajón los recuerdos gratos que, sacados a airear en el momento oportuno, nos reanimen y entusiasmen.
Salud♥s
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