sábado, 7 de abril de 2012

Paseando


Sábado Santo. El tiempo no ha acompañado en toda la semana. Hacía falta que lloviera pero se podía haber esperado hasta la semana que viene.
La mañana está desapacible, tan pronto quiere nevar como salir el sol. Me bajo al río con idea de darme un paseo por la margen derecha pero por encima del puente de piedra. Me habían comentado que el paraje era agradecido y merecía la pena. La verdad es que se quedaron cortos. Felicito a quien proceda por esta rehabilitación. Donde antes eran parajes intransitables, ahora se puede pasear recreando la vista primero con esa muralla olvidada, después por la zona del peñón para continuar por la zona del Perejinal. El río, con ese color verduzco me acompaña en todo el recorrido. Antes de llegar al puente de la autovía y donde las aguas parecen más quietas las golondrinas más madrugadoras juguetean con sus alas, ahora toco el agua, ahora no la toco, las muy coquetas.

En la ida, como en la vuelta, me voy encontrando tanto con personas solitarias como con parejas que han decidido desafiar al cielo como yo. Nos cuesta cruzarnos un hola. Me he tropezado con alguien que empujaba una silla de ruedas y se me ha representado el poeta.

Vuelvo con buenas sensaciones, de cara al verano, ya de vacaciones me alargaré hasta Garray. Ya os contaré.

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