Pasa la vida sin apenas enterarnos. La monotonía diaria hace que no disfrutemos lo conveniente de cada momento. Nos limitamos a levantarnos a golpe de despertador, hacer las mismas prácticas, realizar los mismos recorridos, esperando ese viernes si es que no trabajas el sábado.
Y así nos caen los años, los lustros, y las décadas y casi al ralentí vamos acumulando mucha experiencia y muchos años, y vamos acortando ese periodo de lo que aún nos queda por vivir.
Al nacer ya comienza la marcha atrás de la vida y después de unos añitos despreocupados, comenzamos a preocuparnos por todo. Primero por nosotros y después por los otros. Son primero los hijos y después los padres. Y cuando nuestros padres son mayores sin querer nos están diciendo que ya estamos ahí, en capilla, que serenos los siguientes en llegar a esa senectud, a ese ocaso en el que todas las cosas que uno quiere ya casi han sucedido. Y la veleidosa suerte dejará ya de ser nuestra amiga.
Atrás quedarán y serán ya sólo recuerdos esos filtreos juveniles, ese vivir de matute en casa de los demás, ese compartir todo con ella y ese ajetreo que acaba cuando tú también vas rematando. Y continuaremos pasándonos la vida olvidando gente.
Y será el tiempo de mostrar esa paciencia franciscana que ojalá nos acompañe, la vamos a necesitar, aunque sin darnos cuenta dejaremos de ser eclécticos para irnos volviendo cada vez más misántropos y pendolistas. Y dentro de unos ciento cincuenta años cuando ya no nos recuerde nadie, habremos muerto del todo.
domingo, 13 de diciembre de 2009
La vida
Publicado por Javier en domingo, diciembre 13, 2009
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6 comentarios:
Interesante reflexión. Pero también, es el precio que hay que pagar como 'obra cumbre' de la Creación. Un abrazo
Hola Javier:
Si intentamos llenarla de contenido está ruta será más placentera... a veces entramos en la rutina estúpida que no nos deja vivirla.
Miremos de hacer algo nuevo cada día disfrutando del presente y esperando ver salir el sol de nuevo.
Un cordial saludo,
Luis
Unas reflexiones muy ciertas. A veces mejor no pensar esas cosas porque se me caen los ánimos...
Abrazos
Amigo Javier, ese el sino de la vida; por eso lo mejor que se puede hacer es disfrutarla al día; no esperar al mañana y que en cualquier momento podamos decir "que nos quiten lo bailao". Si sólo nos fijamos en las preocupaciones, lo tenemos mal.
¡A disfrutar la vida!.
Un abrazo
Paso a dejarte mi felicitación navideña y a desearte un próspero año 2010. Abrazos desde Tenerife
Te deseo pases una feliz navidad en compañía de tudos los tuyos y ... de tu Soria del alma.
Un abrazo
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